Hoy está de moda la transformación: digital, cultural, etc, pero y nosotros…¿nos hará falta? Seamos honestos, muchas veces nos quedamos en nuestra zona de confort. Hoy se vuelve inaplazable esforzarse por mejorar. Aquí tres pasos:
Toma conciencia
Piensa si necesitas un cambio y de ser así, en qué aspectos de tu vida y cuál sería el impacto. Mientras mejor amuebles tu cabeza y gestiones tus circunstancias, mejor te irá.
Diseña un plan estratégico de ti mismo
Define cuál es tu misión en la vida. ¿Te gustarías si te conocieras realmente? Muy importante estar en contacto y entender tu realidad, más allá de lo que el espejito te cuente cada mañana. Un FODA te ayudará a definir para que eres bueno, para que no, y que te falta para conseguirlo en tu función de padre/hijo, esposo/enamorado y trabajador. Pregúntale a 3 familiares o amigos cercanos tus puntos fuertes y débiles y contrástalos con lo que piensas. Te ayudará porque muchas veces no vemos las cosas como son, sino como somos nosotros y terminamos viviendo una realidad distorsionada.
Impleméntalo
Una vez diseñado, échalo a andar. Define “quick wins”, triunfos a corto plazo que motivarán los siguientes. Serán comportamientos que muevan la aguja de tu desempeño y que repetidos por 30 días los convertirás en hábitos. Una vez que los adquieras, consolida mensualmente las mejoras y genera más cambios que revisarás el siguiente mes.
Como decía Aristóteles, se trata esforzarte en ser lo que quieres parecer. ¿Qué pasa si no haces nada y esperas que algo cambie por arte de magia? Pues eso, nada.
Tony Robbins dice que el secreto de la felicidad, nuestra meta final, en una palabra es progreso. Y esto porque no es tanto alcanzar metas sino más bien luchar por progresar en todas las áreas de tu vida que son importantes para ti. Esto es el alma de la transformación personal.
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