A continuación un resumen de un reciente artículo de Tony Schwartz publicado en Harvard Business Review sobre Time Management. A medida que aumentan las exigencias en el lugar de trabajo, mucha gente responde con más horas de trabajo, que cansan al empleado y que le cuestan tanto a este como a la organización. Por otra parte, la gente da por sentado lo que la capacita para trabajar; es decir, la energía. Incrementar esta capacidad es el mejor modo de hacer más en menos tiempo. El tiempo es un recurso finito; pero la energía es diferente. Proviene de cuatro fuentes: el cuerpo, las emociones, la mente y el espíritu, y puede aumentar y renovarse en cada una de estas.
En este artículo Schwartz y McCarthy, señalan cómo establecer rituales para aumentar la energía en las cuatro fuentes. Por ejemplo, hacer recesos constantes restablece la energía física. Dejar de lado el papel de víctima evita la pérdida de energía a través de las emociones. Evitar las constantes distracciones que la tecnología ofrece (como vivir pendiente de los mails e interrumpir el trabajo para responderlos inmediatamente) incrementa la energía mental. Y participar en actividades que le den sentido a la vida aumenta la energía del espíritu.
Los nuevos rituales funcionan sólo si los líderes permiten su implementación. Y, cuando esto sucede, los resultados son increíbles. Un grupo de empleados del Wachovia Bank, que hizo un programa de gerencia de energía, superó en rendimiento a otro grupo, y mejoró su productividad, su satisfacción y sus relaciones con los clientes.
Todo esto corrobora las pruebas recabadas sobre la efectividad de este enfoque en otras compañías, como Ernst & Young, Sony y Deutsche Bank. Cuando las organizaciones invierten en todas las dimensiones de la vida de los empleados, los individuos responden concentrando toda su energía en el trabajo. Y esto permite que tanto la compañía como su gente crezcan en valor.
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