La semana pasada me enviaron este artículo sobre empleabilidad que me pareció muy interesante como para resumirlo y compartirlo con ustedes. Fue publicado en Expansión Empleo, el 24-07-2009 por Montse Mateos. Madrid.
La capacidad de gestión, la flexibilidad y las dotes para dirigir equipos son las características que definen a los ejecutivos que demandan las empresas hoy en día. A cambio, ellos piden estabilidad y autonomía para mejorar los resultados de negocio.
Para ser un valor en alza desde el punto de vista laboral en el próximo curso no será necesario haber sido el primero de la clase, contar con un master brillante o una dilatada experiencia. Aunque todo esto ayuda, lo que las empresas necesitan ahora son directivos capaces de conseguir resultados a corto plazo pero pensando en el futuro. Se quiere a aquellos que tienen recursos para salir de este atolladero con su creatividad, empuje y capacidad de decisión; los que no tienen miedo a equivocarse y los que aportan una capacidad de gestión enfocada al ahorro de costes y al incremento de oportunidades para seguir desarrollando negocio, aunque sea en nuevos nichos”. Experto en selección, Hierro señala que los que mejor lo tienen para encontrar un empleo son quienes se enfocan más hacia la gestión comercial, controlan el mercado o saben manejar herramientas de marketing con solvencia; así como los directivos y mandos con competencias en el control financiero.
El directivo que viene
En este escenario, Ignacio Bao, presidente de Bao & Partners, señala que las prioridades de las compañías son la reducción de costes y la tesorería y, en algunos casos, la mejora del posicionamiento internacional, porque el mercado interior está sufriendo más. Por estos motivos identifica al primer ejecutivo capaz de transformar la compañía optimizando procesos y costes como uno de los perfiles más demandados: “Este profesional suele generar la necesidad de reclutar dos perfiles adicionales: el director financiero con capacidad de mejorar la tesorería, y el director de recursos humanos para optimizar y fidelizar”, explica Bao.
Se necesitan directivos que se remanguen y tiren del carro como uno más, con gran orientación comercial, con capacidad de ejercer cuantas tareas se les asignen en función de cómo evolucione la situación”. La ‘mega-estrella’ que venía a gestionar la abundancia y a arrancar grandes proyectos de expansión ya no es necesaria.
Adiós a la ‘mega-estrella’
Los expertos coinciden en que estamos ante algo más que una crisis cíclica y que tendrá como consecuencia una nueva forma de entender la economía. “Para afrontar esta situación, los aspectos personales del directivo tienen más relevancia que los conocimientos técnicos. Se buscan valores como la confianza en sí mismo, la ética, la capacidad de comprometerse con un proyecto y, sobre todo, inteligencia y habilidad emocional. Hay que contratar personas completas que sean capaces de afrontar un negocio.
La orientación hacia los resultados, una competencia que se supone en todas las categorías profesionales, es una prioridad en el caso de los directivos y también uno de los aspectos que destaca Gortari: “El mercado demanda ejecutivos orientados hacia los resultados a corto plazo; quiere personas que se dediquen a pensar y que resuelvan los problemas del día a día”.
Gortari asegura que se necesitan ejecutivos que, por encima de los conocimientos técnicos, transmitan energía y entusiasmo y estén más centrados en los clientes y las operaciones, buscando la eficiencia. Para el presidente de Otto Walter, ahora resulta esencial contar con personas que sepan comunicar, que saquen adelante el negocio y que, además, sean capaces de controlar el gasto: “Es el momento de los McGyver dispuestos a hacer maravillas con los medios disponibles, y crear soluciones asombrosas con lo que encuentran a su alcance, en vez de quejarse de lo que les falta”.
Condiciones del candidato
Por su parte, muchos de estos directivos son conscientes de su valía y alguno se encuentra en situación de exigir ciertas condiciones. Perrau explica que el ejecutivo demanda información sobre las funciones que va a asumir y de qué manera lo hace: “No quiere ser un eslabón en el proceso y por eso exige capacidad de liderazgo y un entorno propicio para desarrollarlo y, sobre todo, contar con la delegación necesaria para ejercerlo. No importa tanto a quién reporta en sus funciones como que lo tenga claro y le dejen hacer”. De Benito también señala la importancia del aspecto emocional: “La integración en el equipo de trabajo es fundamental”. Muro añade que, “deben ser personas de equipo. Los individualistas no son el perfil adecuado para los próximos retos. Hacer equipo implica aunar, ceder, aceptar, aportar, sufrir y disfrutar juntos”.
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