Hoy en día está muy de moda todo lo relacionado al feeling. Nos dicen, “que tu corazón decida” y mucha gente se mueve al ritmo de lo que dicte su corazón. Anteriormente publiqué un artículo sobre esto que se llamó “No sigas a tu corazón” en el fondo, lo importante no es seguir al corazón, sino guiarlo. Kendrick, en su libro “EL desafío del amor” comentaba al respecto lo siguiente: “No debes permitir que tus sentimientos y emociones te conduzcan. Colócalos en el asiento trasero y diles adónde irás.” Esto aplica perfectamente a cualquier situación, desde el enfoque matrimonial, en el cual podemos decir “Hoy no siento amor por mi esposa y por ende no la amo”, hasta el profesional. “Hoy siento que no me gusta mi trabajo, y por ende, me buscaré otro”.
Mal haríamos en tomar una decisión en base a tan frío e irresponsable análisis. La pregunta entonces es ¿Cómo guío a mi corazón? Dejaré nuevamente que Kendrick nos responda aplicando la respuesta al matrimonio: “En primer lugar, es necesario que comprendas que tu corazón está donde se encuentra tu tesoro. Tu corazón se volcará a lo que le dediques tiempo, dinero y energía. Esto era cierto antes de casarte. Escribías cartas, comprabas regalos y pasaban tiempo juntos como pareja, y tu corazón iba detrás. Cuando dejaste de invertir tanto en la relación y comenzaste a dedicarte a otras cosas, tu corazón te siguió. Si hoy no estás enamorado de tu cónyuge, quizá se deba a que ayer tu interés dejó de estar allí.
Examina tu corazón. Una de las claves para guiar con éxito tu corazón es estar permanentemente consciente de dónde se encuentra. ¿Sabes en dónde está tu corazón en este momento? Puedes darte cuenta si observas en qué has invertido tu tiempo durante el último mes, adónde ha ido tu dinero y los temas de los que hablas constantemente.
Haz una inversión de corazón. No esperes a tener ganas de hacer lo correcto. No esperes a sentirte enamorado de tu cónyuge para invertir en la relación. Comienza a volcarte a tu matrimonio y a invertir en donde tu corazón tiene que estar. Pasa tiempo con tu cónyuge. Compra regalos. Escribe cartas. Hagan una cita a solas. Cuanto más inviertas, tu corazón valorará más la relación.
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