Qué alegría tener este espacio para expresar lo que he vivido y sentido en estos últimos meses en estas breves y a la vez largas horas de convivencia con ustedes, esta primera promoción online del Programa de Alta Dirección.
Siempre estaré en deuda con las personas que saben llegar a tiempo. Y ustedes llegaron en un momento muy complejo. Conocí un grupo que nunca deja morir las conversaciones, a través de interminables whatsap, que siempre tienen algo que contar, y sobre todo muy entusiastas. Un lujo su confianza y amistad. Esperamos haber estado a la altura de ellas.
En el PAD, nuestro obejtivo no ha sido únicamente enseñarles Management, sino ayudarlos a vivir una vida basada en principios, abrir los ojos a las ideas y al cambiante mundo que nos rodea y formar una red de amigos que ahora se han vuelto entrañables. Pero sobre todo, ha sido hacerlos tropezar con su mejor versión, ayudarlos a crecer por fuera pero más importante aun, hacia adentro.
Decidí compartir algunas ideas sobre lo que tanto hemos hablado, el viaje de la vida, pero hoy, con mucha turbulencia. Pero bueno, es justamente con viento en contra que el avión despega. Quisiera hablarle uno a uno, así que acá van 3 ideas que podrían servir de aperitivo para ayudarlos a gestionar mejor su futuro:
1. La meta es el camino.
El Covid nos ha recordado que nada es seguro ni para siempre. El futuro no es lo que solía ser. La vida tiene que ver más con el viaje, que con la meta, nos decía Santiago en la primera sesión. Vivir se ha convertido en el examen más difícil. Mucha gente fracasa porque copia a otros sin darse cuenta de que cada examen tiene preguntas distintas.
No esperes llegar al precipicio, para hacerte las preguntas más valiosas de la vida. ¿Cuáles eran? ¿Para qué vives? ¿Qué define tu felicidad o tu éxito? Si te vas a pasar la vida persiguiendo un éxito que es definido por otros, siempre estarás frustrado. Mi concepto de éxito está más ligado a mi religión, a mi familia, a liderarme a mi mismo, y como una feliz consecuencia de hacer eso bien, seguramente aparecerá el dinero. Y la felicidad, no el bienestar, se me suele aparecer curiosamente cuando no la busco para mí, sino para los que están a mi alrededor.
2. Decodifica la realidad hoy, aquí y ahora.
El futuro será mejor si gestionas mejor el presente. Ello significa dirigir la mirada al proceso de lo que estamos haciendo y no al resultado. Centrarnos en la acción y sopesar sus consecuencias.
Cuidado con quedarnos instalados en el ayer, porque se suele aparecer la depresión. Deja el pasado a donde pertenece. Varios hemos tenido en los últimos meses, situaciones muy dolorosas. Saber cerrar esas páginas de nuestra historia es un arte que pocos dominan. El problema del Covid es que obliga a tu mente a viajar al pasado y al futuro.
Al pasado se va a aprender para no tropezar nuevamente, al futuro, para identificar riesgos y definir escenarios de acción, pero luego, nuestra mente debe abrocharse nuevamente al presente.
3. Aprende a perder y pierde para aprender
En la vida ganamos y perdemos todo el tiempo. Por lo tanto, el que viva obsesionado con ganar y no contempla la posibilidad de perder, pues ya perdió. ¿Y quién no ha perdido algo estos meses? Muchas veces la pérdida, el error, nos dan un mayor aprendizaje que la victoria en sí.
Podemos perder, pero lo que no podemos es perder antes. Se lucha hasta el pitazo final. No te rindas sin dar pelea.
¿Cuánto vale una mentalidad optimista cuando los demás se rinden? Su peso en oro. Que importante rodearse de gente que se crece ante la adversidad, como me lo han demostrado muchos de ustedes en estos meses. Gente que encuentra luces en un cielo oscuro, ve oportunidades donde otros se nublan y paralizan y toma decisiones valientes y oportunas.
Yo no admiro a la gente que ve cuando hay luz, sino a aquellos que ven desde la oscuridad, es decir, a la gente que aun cuando las cosas se han puesto feas, como ahora, sale adelante a base de esfuerzo, perseverancia y paciencia porque ganar es la consecuencia de ello. Si vamos a tirar la toalla, que sea en Mayorca, luego de nuestro viaje al IESE.
Como decía San Josemaría, Gran Canciller de esta Institución, “Cada caminante siga su camino, el que Dios le ha marcado, con fidelidad, con amor… aunque cueste.”
Y cierro con esta frase de John Wesley: “Hagan todo el bien que puedan, por todos los medios que puedan, de todas las maneras que puedan, en todos los lugares que puedan, en todos los momentos que puedan, a toda la gente que puedan.”
Ahora, viene lo mejor del viaje! Nada le gana a un buen abrazo, a una mirada cómplice, a una compañía como la de ustedes. Ya los tendremos pronto. Hasta entonces, les deseo lo mejor, lo que se merecen. Muchas gracias!
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