Muchas veces suelo saludar amigos que no veo hace tiempo por mail con el siguiente título “¿Y que dice la buena vida?”, pero nunca me había percatado de ir más allá de esta simple afirmación. ¿Nos hemos dado cuenta de lo que está atrás de conceptos como la “buena vida” y la “vida buena”? Son frases parecidas pero con conceptos diametralmente opuestos.
El primero se refiere más a los placeres de esta vida, los cuales, no tienen en sí nada de malo, por el contrario, son muy buenos, siempre y cuando se utilicen de forma correcta. Sin embargo, lo malo está en darles un valor superior al que realmente tienen y pensar que pueden dar mucho más felicidad de la que realmente dan. Y es que en esta vida los placeres ni bien empiezan, ya están acabando, y cuando son malos o ilícitos dejan un sabor amargo muy difícil de borrar en la conciencia. Ya lo decía hace muchos siglos Jorge Manrique en sus famosas “Coplas a la muerte de mi padre” que a más de uno nos hicieron aprender en el colegio: “Recuerde el alma dormida / avive el seso y despierte / contemplando como se pasa la vida / como se viene la muerte tan callando / cuan presto se va el placer / como después de acordado da dolor / como a nuestro parecer / cualquiera tiempo pasado fue mejor. No se engañe nadie, no / pensando que ha de durar lo que espera / mas que duró lo que vio / porque todo ha de pasar de tal manera”.
En contraposición con la buena vida, tenemos la frase, la vida buena, la cual se refiere más a lo que nos hará realmente felices, pero una felicidad que no se basa en carcajadas, puede que el rostro permanezca serio o aun sufriente, pero sabemos que hacemos lo correcto, y estamos felices de ello. La felicidad es el sentimiento mas íntimo de hacer en cada momento lo que se debe. Bien dicen que para encontrar la verdadera felicidad no hace falta una vida cómoda sino un corazón enamorado y es que el secreto para ser feliz no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.
Ya lo decía Benedicto XVI: “Quien se zambulle en la tierra buscando el cielo lo convierte en un infierno. Se forzará a las cosas materiales a darnos algo que no nos pueden dar y por eso se convierte en un infierno. Buscan la felicidad final en cosas que no pueden darla.”
A continuación un cuadro en el que podemos ver las principales diferencias entre ambos conceptos:
Felicidad (la vida buena)
Simple Bienestar (la buena vida)
Es permanente
Es pasajero
Es exigente
No es exigente
Arraiga en lo profundo
Es superficial
Le da sentido a la vida
Es solo un medio
Abierta, difusiva
Egocéntrico
Raíz y cumbre de valores y virtudes
Sin otro referente destruye a la persona
Muchos se sienten desgraciados, precisamente por tener demasiado de todo. Nosotros en cambio, si queremos ser realmente felices, podemos pasar incomodidades, calor, fatiga, frio, pero no nos faltará la alegría si hacemos lo que nos corresponda hacer a cada uno en su estado, un estudiante que realmente estudia a conciencia, un trabajador que hace las cosas a la perfección, un padre de familia que se preocupa por la formación, el bienestar y la salud de su familia, un deportista que se esfuerza por ser el mejor, etc. El esfuerzo es una de las actividades que más recompensan y generan felicidad, Antonio Valero decía que sólo triunfa el que da todo lo que lleva dentro.
Si no vives como piensas, acabarás pensando como vives, decía Marcel Proust. Muchos de nosotros pasamos el tiempo, desaprovechándolo, dejando que pase, sin tomar en cuenta, que si fuese solamente oro quizá podríamos darnos el lujo de perderlo, pero el tiempo es vida, y no sabemos cuanta nos queda. ¿Nos hemos dado cuenta la forma como perdemos el tiempo todos los días? Cuantas largas horas frente a la televisión, el Chat, Internet, o el trabajo en exceso que nos hace llegar cansados y sin ganas de nada (necesitamos trabajar mejor, no mas) excusa perfecta que nos libera de cultivar el gratificante pero ya casi olvidado arte de la conversación, de una pareja que no le cuento mis cosas del día a día, de una meditación a la que tengo pánico, de una amistad que no practico, de un deporte que no disfruto (solo lo hago como terapia para el estrés o para adelgazar).
Las personas mas felices no siempre tienen lo mejor de todo, solo saben sacar lo mejor de lo que encuentran en su camino y eso les basta para ser realmente felices. Las otras, ponen más interés en hacer creer a las demás que son felices que en tratar de serlo. Muchas veces el afán de tener más nos crea una angustia, sin embargo, como lo había comentado en otro artículo, el rico no es el que más plata tiene, sino el que menos necesidades se crea.
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