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Dueños de nuestro destino


Esta semana me pasaron un video que me dejó pensando bastante en la forma como manejamos nuestra vida familiar y en la importancia que le damos. Creo que en estos tiempos en los que el trabajo nos abruma, dejamos de lado el “arte de vivir” y de redescubrir las cosas que han estado siempre allí. Decía Tomás Melendo:”Mañana cuando llegue a casa, ¿por qué no redescubro a mi mujer? Es distinta a la persona que me despidió ayer. Ese es el mejor antivirus para el sopor familiar, morir cada noche…para nacer cada mañana”.

Para ello, lo primero que se necesita es la intención de querer cambiar, creo que ya estuvo bueno de tomar la posición de intelectual aburrido. Hay que tener antes que nada, ganas de vivir. Aunque suene a palabreo barato, quizá este sea el gran secreto. Es muy diferente comer por obligación que tener apetito, tener ilusión por salir a comer con tu esposa un antojito a un buen restaurant y disfrutarlo; ir a trabajar porque no tengo más remedio que realizar una función que me ennoblece, me reta y enriquece; salir a correr para desestresarme, que disfrutar el entrenar la media maratón (que ya se viene el 29 de Agosto) entre amigos; soportarse como pareja bajo el mismo techo, que renovar y mejorar el primer encuentro; cumplir con mis deberes de padre, que comprender, disfrutar y acompañar a mi hijo recién nacido en su descubrimiento de esta aventura de vivir. En fin, en resumen, es distinto subsistir en la vida que nos ha tocado vivir, sea cual sea, que exprimirla y sacar lo mejor de ella en cada instante.

Como bien dice Nelson Mandela, somos dueños de nuestro destino y capitanes de nuestra alma. Todo comienza con la manera de pensar, que influye en nuestra manera de mirar la realidad, de sentirla y de interpretar lo cotidiano. Eso definirá nuestra manera de actuar y nuestros resultados que finalmente terminarán definiendo la persona que terminaremos siendo y las recompensa que tendremos por ello, lo cual alimentará nuevamente nuestra forma de pensar. Es un círculo vicioso positivo.

¿Y qué puedo hacer para empezar esto? La actitud tiene mucho que ver en esto. El optimismo y el buen humor. Si la vida fuese un teatro, mientras esté en el escenario, me gustaría pensar que los espectadores la vean como una comedia, es mi género preferido, que otros representen una tragedia, yo ya estoy saturado de caras largas y amagadas. Si algo falta en el mundo son payasos que nos hagan reír. Creo que el buen humor es una de las competencias más necesarias no sólo para conseguir un buen trabajo sino para conseguir una buena vida. Lo curioso es que no hacemos bien ni una cosa ni otra, ya no sabemos reír, ni llorar, así está el circo humano, muchas veces lleno de mediocres. 

Por eso quiero terminar este artículo dejándolos con este video, que le devuelven a uno las ganas, de redescubrir no sólo a su mujer sino a su familia completa, véanlo, es muy emocionante, de esos que arrancan una lágrima, que es a menudo una testigo silenciosa y discreta de nuestros momentos más sinceros y profundos. http://www.facebook.com/video/video.php?v=455621345922#comments

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