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El Estrés, manejando la respuesta


Esta semana les transcribiré un extracto del libro “La lógica del corazón” escrito por un invitado de siempre de este blog, Santiago Alvarez, acaso uno de los mejores coach en mundo, que habla sobre un tema del que continuamente huimos que es el estrés.

 “La salud se basa en un cierto grado de tensión, la tensión existente entre lo que ya se ha logrado y lo que todavía no se ha conseguido, o el vacío entre lo que se es y lo que se debería ser. Esta tensión es inherente al ser humano y por consiguiente es indispensable al bienestar mental. En general, se ha instalado entre nosotros una visión peyortiva de la idea de estrés que nos obliga a extirparlo de nuestra pantalla mental.

No se preocupe por el nivel de estrés en su vida. Lo necesita para vivir, es esencial para su salud y longevidad. Conclusión, el problema no es nuestra exposición al estrés, un despertador que me saca de la pereza y la somnolencia, sino mi escasa capacidad para responder a sus demandas y requerimientos. Si no aprendo a vivir en la incertidumbre, a nadar en aguas movedizas, a desvelar misterios eternos, el estrés es un ladrón que me roba salud, paz, alegría, tiempo y concentración.

 Me acuerdo de una entrevista que tuve con el Decano de una escuela norteamericana y dos profesores senior. EL primero me invitó amablemente a lo que teóricamente iba a ser una reunión protocolaria. Uno de los profesores aprovechó para despacharse bien a gusto. La estructura organizativa de la escuela, las normas y métodos de trabajo, la falta de visión…todo fue sometido a un bisturí afilado e incisivo.

 Cuando ambos profesores se fueron, el Decano me preguntó, ¿Qué te parece? Tienes un problema le dije, con ese profesor que está harto  y enfrentado a muchas facetas de la escuela.

 El Decano, más listo y sagaz que yo me dijo: “No me agrada nada de lo que he oído, pero si te soy sincero, en parte tiene razón. Además, me lo dice frontalmente, se enfada de verdad, señal inequívoca  de que la escuela todavía le importa mucho, le duele en el alma. El que me preocupa seriamente es el segundo profesor. Ha optado por lo peor, por un silencio displicente, por una indiferencia interesada. La escuela ya no le duele, tal vez porque hace tiempo que la utiliza para sus intereses particulares.”

 Touché, que dicen los franceses. Desde entonces escucho y atiendo los conflictos y enfados visibles y explícitos, pero más me preocupan y entretienen  los que no muestran la cara, los que actúan en la sombra y deteriorando, como la carcoma, la salud de un organismo vivo. Si no se distingue la “piel de la camisa”, si no se separa la persona del personaje, mal asunto, la libertad y el equilibrio interior se verán seriamente afectados.

 Mr K, el más grande entrenador que ha dado la NBA decía que la confianza puede ser un arma muy efectiva contra el miedo. Cuando estamos compitiendo, no permito que el contrario vea si nos ha herido, si estamos bajos o si nos preocupa algo. Si destapamos nuestras emociones, ellos descubrirán por donde nos están haciendo daño y eso les dará más confianza. Dando una imagen de seguridad, incluso en momentos de crisis, nos hacemos más fuertes. En Duke siempre les aconsejo a mis jugadores “Mostraos seguros, esconded vuestras debilidades”.

 En la Final Tour, estaba preocupado e intranquilo por la posibilidad de que la presión mediática destruyera la unidad del equipo. Pero, en ningún caso, me permití mostrárselo al equipo.  Tenía que ser lo suficientemente fuerte como para decirme a mi mismo: “No tienes permiso”. Si le dices algo estás rompiendo el compromiso que tienes para con ellos. No tienes derecho a compadecerte de ti mismo. No te puedes venir abajo. No te puedes enfadar. No puedes ser un debilucho. Como se que esa gente dependía de mi, contuve mis emociones. Este modo de actuar, esa creencia personal, me la inculcó mi madre, ella, mientras éramos pequeños, nunca nos permitió a mi hermano y a mi, saber que éramos pobres. En el fondo lo que quería era llegar a la perfección, pero me di cuenta que a la perfección no se llega siendo perfecto, sino asumiendo las imperfecciones.”

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