Hace poco leí este pequeño artículo, de un buen amigo español que ha participado en algunos posts de este blog, Anibal Cuevas, un gran escritor, pensador y especialista en relaciones conyugales. Nos cuenta sobre lo que hay que tener en cuenta para sobrellevar los estados de ánimo en el matrimonio, pero que también se pueden aplicar para aquellos que estén de enamorados.
Los estados de animo reflejan como está nuestra afectividad, provocan que veamos las cosas de una manera subjetiva, positiva o negativamente. Por el contrario, la inteligencia ve la realidad de forma objetiva .
Saber que en el matrimonio ocurre algo similar a los ciclos de la luz sobre el planeta Tierra puede ayudar a discernir sobre el papel de la afectividad en las relaciones conyugales. La luz del sol sobre la tierra admite muchas tonalidades: amanecer, mediodía, crepúsculo, anochecer… La luz del sol se da siempre, la luz depende de la Tierra.
Los estados de animo son las distintas posiciones de la tierra, el sol está siempre ahí. Con los cambios de los estados de animo cambia nuestra percepción del amor, del otro, lo cual no significa que no haya sol. Somos así. Y así, cuando anochezca habrá que procurar pasar la noche y esperar a que salga el sol ¡que siempre sale! Resulta muy importante nunca tomar decisiones conyugales en función del estado de animo.
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