A continuación la segunda y última parte de este artículo.
El estrés, ese fiel compañero de camino
Tomando en cuenta, querido lector, que en promedio nos quedan 30 años de vida laboral (10,000 días aprox), y que en el trabajo es donde pasamos la mayor parte de nuestra vida, es imperativo el descubrir cómo hacer para pasarla bien aprendiendo a manejar las variables que dependen de nosotros incluyendo, como no, a ese amigo inseparable, culpable de canas, gastritis, enfermedades y cambios de humor que es el estrés.
Aquel brillante psicólogo, escritor y sobreviviente a Auschwitz, Victor Frankl decía que lo que el hombre realmente necesita no es vivir sin tensiones, sino esforzarse y luchar por una meta que le merezca la pena. El hastío es hoy causa de más problemas que la tensión y, desde luego, lleva más casos a la consulta psiquiátrica.
Existe actualmente una idea de que el estrés debe eliminarse a cualquier costo para vivir una vida relajada, sin embargo, lo curioso es que cuanto más lo intentamos, más estresados acabamos. La vida sin estrés no sería vida. Estamos tan presionados para evitarlo que nos perdemos el placer que conlleva afrontar desafíos estimulantes.
Stone Zander, nos dice que el problema no es nuestra exposición al estrés – un despertador que nos saca de la pereza y la somnolencia – sino nuestra escasa capacidad para responder a sus demandas y requerimientos. “No existe el mal tiempo, sino ropa inapropiada”. Si no me abrigo bien cuando hace frio, sino saco el paraguas cuando llueve, el problema no es el clima, sino mi imprudencia e insensatez al salir de casa. Si no aprendemos a vivir en la incertidumbre, a nadar en aguas movedizas, a desvelar misterios eternos, el estrés es un ladrón que nos roba salud, paz, alegría, tiempo y concentración. La gente dice que la vida moderna es estresante, pero el estrés no es una característica de la vida ni del tiempo, sino de las personas. El estrés no llega desde el entorno, viene de las mentes de los estresados. Sufrimos desde el pensamiento. Hacemos ciertos supuestos sobre el mundo y nos quedamos apegados a esos supuestos.
Noto los primeros síntomas de estrés cuando llego a casa y sigo conectado mentalmente al trabajo. Son ocasiones cuando necesito encontrar el equilibrio. Las salidas o el deporte pasan entonces no a ser una diversión, sino un punto más en mi agenda. Empiezo a querer estructurar todo, a controlar todo para tenerlo equilibrado.
Una genial maestra es la película “La Vida es bella”. En ella el padre, se esfuerza heroicamente por ahorrarle sufrimientos a su hijo y le hace creer que todo es una comedia. Gracias al “payaso” de su padre, no será perjudicado con ningún trauma de tremenda experiencia. Mantenerse fuertes en la adversidad, esconder tus debilidades y saber enfocarte en tus puntos fuertes es una manera inteligente de gestionar el estrés.
Conclusiones
Mi meta laboral para este 2011 es ayudar a formar una empresa muy competitiva, muy rentable para el accionista y para los que trabajan en ella; con un nivel de gestión de máxima eficiencia, pero cuyo índice final para definirla como verdaderamente exitosa sea la “sonrisa y bienestar” de aquellas personas que dan sentido a mi vida, que son mi familia. A eso aspiro, nada más…y nada menos. Todos queremos trabajar en una empresa que rompa esquemas, que rompa paradigmas, que rompa records de ventas, utilidades, bonos, pero quizá sea uno de los temas más importantes y descuidados es el enfocarse en que rompa records de satisfacción de la gente que forma parte de ella. Eso depende en gran parte de nosotros, y como bien dice el dicho que aplica en los matrimonios, mi felicidad depende de la felicidad de mi mujer, luego, debería estar más enfocado en hacerla feliz a ella que a mi. Extrapolando esa realidad, si quiero ser feliz en mi trabajo, debiera enfocarme mucho más en hacerlo llevadero y divertido a los demás.
¿Y cuál es la fórmula? Inviertan más en la persona que en el profesional. Ayudaría bastante comenzar haciendo algo de arqueología interior para conocer nuestros puntos fuertes y nuestras áreas de mejora, las competencias y valores que nos faltan y una vez identificados éstos últimos trazarse un plan concreto para adquirir los que nos falten y potenciar las que tenemos en un nivel bajo a través de un plan de mejora personal que implique el desarrollo de actividades concretas, practicarlas (la única forma de adquirirlas es con la repetición continua de la misma), y controlar los resultados cada cierto tiempo. El trabajo perfecto será perfecto si nos hace felices, si nos reta, no si somos gerentasos, o si recibimos un sueldaso, son variables que ayudan pero no definen el nivel de satisfacción.
Como decía Tony Robbins, acaso el gurú más famoso en temas de motivación hoy en día. “El secreto del éxito en el trabajo, consiste en aprender a usar el sufrimiento y el placer, en lugar que permitir que éstos, le utilicen a uno. Si se hace así, ejercerá el control no sólo sobre su trabajo sino también sobre su propia vida. Si no, la vida le controlará a uno.”
Los animo a trabajar, vivir y soñar apasionadamente ya que cuando uno encuentra el balance perfecto entre esas tres variables, definitivamente se vive mejor, y de eso se trata la vida. Son momentos inolvidables, instantes muy cortos en los que emociones y sentimientos humanos quedan grabados a fuego de manera indeleble en la memoria. No dudo que en nuestro trabajo han habido muchos de esos acontecimientos centrales y definidores. Yo creo que los mejores momentos de nuestras vidas son aquellos que vienen como resultado de nuestro esfuerzo al límite en cuerpo y alma para conseguirlos y es que mientras más nos ha costado, más valoramos lo que conseguimos. Eso es lo mejor que tienen los sueños imposibles, que a base de esfuerzo, perseverancia, talento y la ayuda de Dios, se hacen posibles. El simple hecho de soñar despiertos, ya es triunfar.
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