Muchos de nosotros comenzamos con nuevos proyectos cada cierto tiempo, pero nos damos cuenta que al cabo de pocos días, esa ilusión, se vino abajo. Otras veces, estamos cansados y ya no provoca terminar ese trabajo importante que tenemos, y claro, lo dejamos a medias. ¿Por qué? Quizá uno de los valores que nos esté faltando para ser mejores es la fortaleza, que se refleja en la fuerza de voluntad que tenemos para hacer las cosas bien hechas, esforzarse por conseguirlas y por terminarlas.
Y es que tener valores como la fortaleza y luchar por conseguirlos ya pasó de moda, es cierto, ahora está de moda la mentalidad Light, la ley del mínimo esfuerzo, para quedar como “el vivo, el que se las sabe todas ante los demás” pero desde cuando es una norma de conducta hacer lo que se ve sin pensar en lo que se hace?¿Dónde está mi libertad para hacer lo que me de la gana si la he vendido para hacer lo que a los demás les da la gana?
Sin duda, un ejemplo de lucha constante y fuerza de voluntad es Christopher Reeve, el actor que tantos años encarnó a Superman y que sufrió una caída a los 42 años que lo dejó sin moverse para toda su vida. El mismo cuenta que cuando iba a salir del Hospital Kessler, pensó: “Dios mio, he desistido de respirar por mis propios medios, que me espera ahora? Vivir con un respirador artificial por toda mi vida? Mi diafragma no ha hecho nada desde Mayo y ya estamos en Septiembre. Si permito que se atrofie, quedará inservible. Decidí entonces que tenía que intentarlo (libro Still me, de Christopher Reeve ,1999). No se de donde vendrá el aire pero tengo que obtenerlo de donde sea y como sea. El doctor Finley me dijo que me iban a quitar el respirador y que intente llegar a 10 respiraciones, pero si hacía 3 estaría bien. No se como lo hjce, pero respiré diez veces y solo.” Después de ese primer triunfo, alimento vital que provee de seguridad y confianza para proseguir, el número de respiraciones fue aumentando hasta lograr estar 12 horas, años después, sin respirador.
Como se ve que Reeve ha ejercitado a contracorriente su fortaleza interna, el músculo más potente y traicionero de todo el organismo humano. Bien dice Santiago Alvarez que si lo utilizas y recuperas a diario adquiere un tono rebosante de energía y fuerza, pero si lo dejas inactivo, aunque solo sea unos días, el ladrón se atrofia y anquilosa con una rapidez vertiginosa.
El esfuerzo por conseguirla es nuestro principal aliado. Esforzarse por ser mejores. Concentrarte en lograr la perfección es poco realista y contraproducente. Agranda demasiado la presión de lograr el objetivo. Dicen que al atleta hay que enseñarle a centrarse en su desarrollo y mejora, así avanza más ligero. La idea de mejora elimina el etiquetaje bueno-malo, primando la adaptación sobre el juicio. Se trata de Progreso, no perfección. La perfección vendrá sola, caerá por su propio peso.
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