Esta semana he tomado nota de un artículo de Anibal Cuevas, http://www.anibalcuevas.blogs.com/ que me pareció realmente bueno. El comenta que en una reciente encuesta publicada en España se podía ver que a mas del 80% de los jóvenes de 14 a 25 años les parecía que era muy bueno ayudar a los demás y hacer algo para que el mundo sea mejor. Cuando se preguntó a esos mismos jóvenes si dedicaban algún tiempo a hacer algo concreto para ayudar a los demás y hacer un mundo mejor (en familia, colaborando con ONGs , etc) la respuesta afirmativa estaba por debajo del 10%. Hay algo que no cuadra: consideran algo como muy bueno , quieren hacer el bien …… pero muy pocos lo hacen. ¿A que se debe ésta contradicción?
Creo que buena parte se debe a la educación que se da en casa y en el colegio. Un tipo de educación que, potenciada por los medios de comunicación les lleva a identificar amor con sentimiento, lo bueno con lo que les agrada y la libertad con poder hacer lo que les apetezca huyendo de todo compromiso. En nuestra sociedad se da cada vez mas y no solo entre los adolescentes sino también entre los adultos la falta de compromiso. La incapacidad no ya para comprometer la vida sino para comprometerse de una semana para otra. Cada vez se es mas esclavo de lo que apetece en cada momento, como si hubiese que hacer lo que a uno le gusta y no lo que sea bueno para el (muchas veces son caminos opuestos).
Esa es la gran tragedia de un Occidente lleno de bienestar y ansioso de seguridades. Ante el deseo innato de entrega, de amar y de hacer el bien surgen los miedos al compromiso. La libertad y la felicidad tienen mucho mas que ver con el compromiso y la lucha diaria por ser fiel que con la comodidad, el placer o la apetencia.
Para tener un proyecto de vida es necesario cultivar la voluntad y estar comprometido con el mismo. Se trata de una piedra preciosa imprescindible para tener una personalidad madura, nos ayuda a decir no cuando es necesario sin hacer de ello un drama. Hace falta educar ambas virtudes desde la infancia. Para adquirir la voluntad es necesaria la renuncia a pequeñas cosas cada día, vencerse y no dejarse llevar por los impulsos inmediatos. Las personas sin voluntad son capaces de empezar muchas cosas que acabarán dejando cuando falte el entusiasmo, igual que en el amor. Para ser felices hace falta cultivar algo muy humano: la fuerza de voluntad y el compromiso.
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