Ayer en una reunión escuché esta frase y me quedé pensándola toda la noche porque tiene una gran aplicación para la vida. Existen muchos temas en los que tenemos que luchar cada día para mejorar, desde cuando nos levantamos, que comienza una lucha contra la flojera, aquellos minutos adicionales que nos quedamos dormidos para luego levantarnos y hacer todo rápido y muchas veces mal hecho, la lucha continúa cuando llegamos al trabajo, y vemos que hay un montón de tareas pendientes, que nos parece imposible terminarlas, y desde ya arrancamos vencidos pensando que “haremos nuestro mejor esfuerzo” sin comprometernos a nada.
Nos hemos dado cuenta de cuantas maneras hacemos la vida mas complicada a los que viven con nosotros? Quizá nuestra esposa a la que la tenemos acostumbrada a nuestro mal carácter, nuestra poca capacidad para sorprenderla con unas flores, o un chocolate cuando regresamos del trabajo, nuestras pocas ganas de ayudar en las cosas del hogar, o quizá en nuestro trabajo, con nuestros ayudantes, a quienes les mandamos el trabajo mas duro para nosotros hacer lo mas sencillo, los tratamos mal, o quizá a nuestros padres, de quienes muchas veces nos acordamos poco de todo lo que han hecho por nosotros, y les hacemos desplantes, les contestamos mal, los herimos con nuestra forma de ser. Cambiar esa forma de ser es imposible? No lo creo. En esta vida todo es posible, otro tema es que no dependa exclusivamente de nosotros, pero si no lo interiorizamos y realmente lo creemos, no llegaremos a nada, seguiremos con la misma forma de ser, de actuar, de tratar a los demás, de trabajar, pensando en que “así nacimos y esas cosas no se cambian” en lugar de comprometernos a mejorar cada día, y no ser el reflejo de la ineficiencia de la gente que está en nuestro ambiente, ya que está de moda todo lo Light, todo lo que no implique esfuerzo, compromiso.
Quizá te haya parecido interesante este artículo de hoy, quizá haya conseguido que digas “si, voy a intentar cambiar y luchar en algunas cosas que tengo malas y que pensé que era imposible hacerlo”, pero nada, de buenas intenciones no se vive. Como empezar desde este momento a cambiar? No es fácil, pero ya contamos con la primera parte, el compromiso y el deseo real de querer hacerlo. Lo siguiente es pensar concretamente en tres o cuatro puntos en los que podemos desde este instante cambiar: por ejemplo: levantarme (por lo menos toda esta semana) a una hora fija y no cederle ni un segundo a la flojera. Otra es comprarle un detalle a alguien que quiero y no se lo he demostrado en mucho tiempo, y dárselo con cariño, pueden ser tus padres, tus abuelos, hermanos, algún amigo que sepas que necesite alguien que lo escuche, dedicándole tiempo (la forma mas fácil de ser generoso es comprando algo, pero el hecho de dedicarle tiempo a la persona, escuchar sus problemas, implica un esfuerzo mayor y por ende una satisfacción mayor). Por último podemos hacer el esfuerzo esta semana de no mentir ni exagerar (que finalmente es también una mentira), si nos analizamos bien, veremos en el día uno tiende a decir no una, sino varias mentiras, chicas, grandes, pero mentiras al fin.
Para saber si lo hemos hecho bien o no, al final del día podemos medirnos solamente en estos tres temas que acabo mencionar: puntualidad al levantarse, generosidad y lucha por decir la verdad. Al final de la próxima semana veremos como no era imposible, luchar por vivir mejor.
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