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No perdamos, no podemos perder


«Un hombre se queda tranquilo y contento cuando ha puesto el corazón en su obra y ha hecho todo lo que ha podido», decía el filósofo Waldo Emerson.  Esta semana les traigo un extracto de un reciente artículo publicado por un referente mundial en estos temas de competencias directivas y además a quien suelo citar con cierta regularidad, que es el profesor del IESE Santiago Alvarez de Mon. Nos dice lo siguiente: “Cuando hacemos todo lo que llevamos dentro, cuando damos todo lo que está en nuestras manos, cuando jugamos con todas nuestras ganas y concentración, no perdemos, no podemos perder.  Cuando el corazón se muestra generoso y la razón dirige sus latidos, ganamos seguro.  Y en esa certeza interior, las posibilidades de ganar la contienda exterior crecen exponencialmente.  Si no es así, no pasa nada, se vive la paz y la tranquilidad de haberse vaciado.  Si el ruido de fuera marca la pauta y nos sentimos fracasados, imbuidos de un perfeccionismo darwinista que sólo otorga la alegría y la gloria al número uno, nos aqueja un grave problema interno que mide el éxito por parámetros muy poco rigurosos y justos.

Y el juego lo ganan quienes juegan, menuda perogrullada, no los que sufren pensando y rumiando su suerte.  Los partidos más difíciles se «juegan», no se piensan.  Esto último se hace antes, en los tiempos de estudios, planificación y preparación.

Algo de todo esto sabe Rafael Nadal.  ¿Cuándo conecta Nadal ese passig shot, cuándo se atreve contra todo pronóstico con una dejada, cuándo hace el ace que necesita? ¿Cuándo piensa y lee el partido de tal modo que parece un divertimento?  Para llegar ahí hay que trabajar muchísimo.  Toni, su entrenador, conoce el truco.  «Creo que sale natural porque sale de lo más hondo, porque se ha ensayado mucho y el movimiento está muy trabajado  Esa es la clave del entrenamiento, memorizas, automatizas todo, ya ni lo piensas.  Un tío que se tensa, no logra relajar el cuerpo.  A esta gente la ves en momentos de presión totalmente bloqueada.  Un director de orquesta al frente de una pieza difícil tiene que sabérsela muy bien y, además estar confiado y relajado»  Ahora se empiezan a recoger todos los frutos del esfuerzo precio.  Tanto entrenamiento, tanta repetición te facilita actuar casi de memoria.

…en los problemas que he tenido, ¿Cómo salí adelante? Confiando en mi mismo, a punta de esfuerzo, dejándome llevar por la pasión, por el amor a lo que hago.  ¿Valiente  optimista porque no tenía miedo, o precisamente lo contrario?  Lo tenía, lo entendí y lo acepté, y tirando de todo su caudal de conocimientos y habilidades, lo superé. La valentía es justamente la superación del miedo.

Yo no me creo esa tontería de que el equipo, no ha de tener miedo, claro que ha de tener miedo el equipo, el miedo no te debe echar para atrás, pero tú debes asumir tu miedo, has de respetarlo, has de ser responsable, al miedo hay que hacerle frente con valentía, con convencimiento, y jugarás con todas tus capacidades.

…No se trata de cómo alcanzar los sueños, sino de cómo encauzar la vida.  Si encauzáis la vida por el camino correcto, los sueños vendrán a vosotros».  Lo más valioso de la vida es consecuencia natural de una forma de caminar por ella y del esfuerzo que uno pone para ello, no es el producto lógico de nuestros desvelos, planificaciones y expectativas.  La vida es aquello que ocurre, que acontece, que fluye, una vez que hemos hechos nuestros deberes, que hemos cumplido nuestras tareas, que hemos dado el do de pecho.  Entonces, por añadidura, soñamos y vivimos.  ¿Fácil propuesta?  En absoluto, que nadie se engañe.. Es un desafío para mentalidades sabias y fuertes.

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