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¿Qué tan difícil es superar el sufrimiento?


Este es uno de esos temas de los que no nos vamos a escapar. Por más felices que estemos ahora, llegará la hora de sufrir, y por otro lado, no hay mal que dure 100 años (ni cuerpo que los resista) por lo que si estamos pasando momentos difíciles, tenemos la esperanza que todo pasará.

Siendo algo tan común y que nos afecta tanto, surgen las preguntas, ¿sabemos sufrir?, ¿estamos bien preparado para ello? ¿Qué tan difícil es superar esta etapa de dolor?

En su libro, “Como superamos el dolor”, María Robledo nos indica que ee puede aprender a sufrir. Ante el dolor unas personas reaccionan mejor que otras. O dicho de otro modo, algunas personas disfrutan más de la vida. Es una cuestión de actitud personal, la clave está en saber vivir. El éxito de la vida no consiste en recibir una buena mano, sino en jugar bien una mala (Warner G. Lester).

Saber disfrutar y saber sufrir son dos caras de la misma moneda, que es la vida humana. Vivimos en un mundo terriblemente competitivo. Se educa para triunfar, para ganar, para destacar. Al que pierde o fracasa en aquello que la sociedad considera importante, como el dinero o el trabajo…,se le considera un don nadie, se queda sin fama, sólo y sin amigos.

Pero, ¿quién se preocupa de triunfar como persona? Ese es el único triunfo que debería importarnos. Y quedarnos en el intento , el único fracaso que deberíamos temer realmente. Eso nos lleva a la pregunta, ¿Qué es triunfar?, ¿Qué es el éxito para cada uno? Y lo hemos definido en el artículo de Sugerencias para recibir el 2009.

No aceptar una derrota produce mucho sufrimiento. Ya habíamos dicho antes que sólo pierde el que no da todo lo que lleva dentro. Si sabemos perder, sufriremos menos. Y saber perder, a su vez, hace más fácil aceptar cualquier dolor. ¿Por qué?

Porque cualquier dolor ya sea físico, psíquico o moral lleva consigo una pérdida: una gripe es una pérdida de salud, una bancarrota es una pérdida de dinero, una depresión es la pérdida del ánimo, un desamor una pérdida de cariño, etc.

Un hombre inteligente se recupera enseguida de un fracaso, pero un hombre mediocre no se recupera de un triunfo fácilmente. “Solo una vida vivida por los demás merece ser vivida”, decía Einstein. Las actitudes ante la vida se pueden clasificar de muchas formas. Pero hay una división clave: vivir para uno mismo o vivir para los demás. De ahí surgen dos modelos de vida diametralmente opuestos.

Si se vive para los demás, la alegría está garantizada. No se tiene tiempo para pensar si se está bien, mal o regular, o si duele aquí o allá. La generosidad que supone vivir para los demás produce una sensación de plenitud, satisfacción y serenidad interior que no se paga con nada.

En resumen, ser optimista, además de hacer la vida más agradable a los demás, es una gran fuente de salud, hace que disminuya el dolor y te posibilita disfrutar de la vida y de sus circunstancias. Ayuda a ello el evitar las conversaciones negativas y las quejas continuas: “que cansancio, me duele la cabeza, llueve , que mal momento económicos estamos pasando.” Habla de temas alegres y no des importancia a cosas que no la tienen.

Este como han podido ver, es un artículo corto, evidentemente, para entrar a fondo en este tema no basta un artículo, ni siquiera un libro, ameritan varios libros ya que no es un tema Light, sin embargo, y dado que en este blog la idea es no extenderme demasiado para no aburrir, he tratado de ser lo más concreto posible. Nos vemos la próxima semana!.

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