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¿Qué te ha enseñado la vida?


Tremenda pregunta. Me hizo reflexionar bastante y la planteo hoy para que lo hagan ustedes también. El sólo hecho de pensarla, ya nos puede traer muchos beneficios, sobre lo que hemos vivido, y sobre todo de cómo lo hemos aprovechado para el futuro.

La he preguntado a algunos amigos, sus respuestas han sido tan variadas como originales, a algunos les ha enseñado saber a perder, a valerse por si mismos, a tener humildad, a correr por la vida sin frenos, en fin.

A mi me ha enseñado a entender que las cosas pasan por algo y para los que actúan con rectitud de conciencia, todo es para bien. Me enseña cada día que todo exige un esfuerzo, no hay lonche gratis, me enseña que sólo pierde el que no da todo lo que lleva dentro, una extraordinaria frase que leí de Valero Rivera.

Una de las respuestas que más me hizo pensar la leí en el libro “Yo no soy superman” de Coaching, en el que le hacen la pregunta a la persona que le hacían el coaching y responde: “He aprendido a cuidar el tiempo como un regalo único. Así veo el día de hoy como un obsequio que he de agradecer y aprovechar. Ayer se fue y mañana no ha llegado, voto por quedarme en el presente. Viajo al pasado para aprender de su fantástico almacén de datos. Cuando lo hago, el presente se colma de agradecimientos y de una sana tristeza. Teniendo la nostalgia bajo control, el recuerdo de seres queridos que ya se fueron, las imágenes de una edad tierna e irrepetible, las amistades urdidas entre clases, partidos, libros, y diversión., las fotos de los primeros pasos de mi familia, aportan al presente un halo de serenidad, dulzura y unas gotas de melancolía. ¿Qué hago con esas cuotas de pena? Leer sus enseñanzas para administrar mejor la realidad. Me proyecto al futuro para anticipar escenarios, para cobrar impulso, para irradiar ilusión y esperanza en un presente invernal. Completada la excursión  galáctica y futurista regreso a  mi tiempo preferido, el presente, a él me coso en las duras y en las maduras. Si todo va bien, no arruino esa felicidad con el miedo a que se canse pronto, Si las cosas se tuercen, me consuela pensar que no se eternizarán, que también pasarán los nubarrones, que me curtiré y hará más fuerte, y que cuando salga el sol, nadie gozará más de él como yo. La vida enseña a no tomarte las cosas y los acontecimientos que suceden con tanta seriedad y tremendismo. Estamos aquí dos días, como para amargarnos la propia existencia y las de los demás.“

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