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Reflexiones para comenzar bien el 2009


Empezamos el 2009 y con él, nos acompañan nuestros deseos de que sea un año exitoso. A pesar de que como diría Juana de Arco, la cosa está que arde, y el tema de la crisis causa mucho nerviosismo, creo que el éxito de cada uno de nosotros es un concepto bastante más profundo que cualquier crisis económica.

Para empezar el 2009 con fuerza, nada mejor que revisar lo que nos planteamos para el 2008 y si logramos conseguir nuestros principales objetivos personales. ¿Cuáles fueron? Probablemente ni siquiera nos acordemos, o lo que es peor, lo relacionemos al aspecto económico y veamos si nuestra cuenta de ahorros se ha incrementado o ha disminuido.

Gestión de lo imperfecto

Es natural que muchos sueños, metas y objetivos no se hayan cumplido por nosotros mismos y por razones ajenas a nuestro desempeño. Y este es uno de los primeros temas en los que vale la pena detenerse. ¿Cómo manejar la realidad que tenemos? Hace unas semanas tuve la suerte de escuchar a Javier Aguado, español considerado uno de los 10 mejores conferencistas de Europa actualmente. Su libro fue uno de los 5 más vendidos de Management el 2007. Habló sobre la gestión de lo imperfecto. Es decir, como gestionar en el trabajo, en la vida personal, en la familia, en lo social, nuestros temas del día a día que son imperfectos, y como ser exitoso con ellos.

El comentaba que toma una singular importancia en tiempos en los que todos nos centramos en los secretos para ser felices y exitosos, pero ¿qué pasa cuando nos equivocamos? ¿cuando no todo es perfecto? ¿Será que hemos fracasado, o que el éxito nunca llegará? Todo depende de la definición de éxito de cada uno. Considero que tengo éxito cuando me doy al máximo por un objetivo que me he planteado, independientemente de que salga bien o no. Con lo irresoluble tenemos que llevarnos bien, hay que pactar, hay que divertirse y no sufrir. No juguemos a denunciar todo lo que no funciona, por el contrario, aprendamos a gestionar lo imperfecto, a saber llevar las contrariedades del trabajo y de la vida en general con paciencia, sabiendo que todo siempre pasa por algo y es para bien.

Éxito, cuestión de esfuerzo

Hace poco veía en la televisión uno de los mejores comerciales que he visto en años, es de una conocida marca de cervezas y encierra un mensaje para recordar, y justamente una de sus frases es “Que la suerte no vuelva más”. Y es que en el fondo el éxito y la felicidad que todos perseguimos no es cuestión de suerte, es cuestión de esfuerzo.

Es necesario planificar, implementar, controlar, aprender de los errores, porfiar y perseverar, para luego dejar que venga la “suerte”, ya que normalmente ésta se suele aparecer cuando se han hecho bien todos los pasos previos y cuando uno se esfuerza, y trabaja bien y a conciencia.

El éxito verdadero cuesta, y cuesta mucho, viene disfrazado en muchos casos de lucha, de esfuerzo, de sufrimiento y dolor. Aunque nos cueste aceptarlo, la realidad y el pasado confirman que todo lo que vale cuesta, lo que fácil llega, fácil se va. A los que buscan las cosas fáciles, o que se creen con suerte para conseguirlas sin esfuerzo, la vida les pasa la factura, tarde o temprano.

Normalmente son exitosos aquellos que aprenden a perder, que aceptan la derrota, dicen que sólo se equivoca el que decide. Si sólo hay trabajo en la vida, ésta se convierte en sinónimo de estrés, angustia, pero si no lo hay, si se quiere ahorrar esfuerzo y sudor, es muy complicado que llegue la paz y la satisfacción de haberse dado por el todo, y por ende de conseguir la anhelada paz interna, concepto muy similar el éxito.

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Un buen profesional es aquel que no está centrado en el concepto de “ganador” y “perdedor”. Hoy puedo ser campeón, soy todo un ganador y mi ego engorda, pero mañana pierdo y me deprimo. El concepto de éxito tiene que basarse en algo más profundo. ¿Quién define el éxito? Si lo define tu cuenta de ahorros, tu posición en la empresa, o tu lugar en el campeonato te vas a ir a la depresión. Pero si tú mismo eres quien define el éxito, ya las cosas cambian. Cuantas veces he ganado partidos de futbol y sin embargo me he sentido que no he ganado nada porque han sido aburridos, fáciles, y por el contrario, me he sentido ganador en aquellos partidos que aun habiéndolos perdido, he sudado la camiseta hasta el último segundo, la he pasado bien, he aprendido. Igual con mi vida.

Donde está la felicidad y donde no está

Ser exitosos en la vida implica ser y vivir felices. ¿Qué es vivir feliz? Muchas veces suelo saludar amigos que no veo hace tiempo por mail con el siguiente título “¿Y que dice la buena vida?”, pero nunca me había percatado de ir más allá de esta simple afirmación. ¿Nos hemos dado cuenta de lo que está atrás de conceptos como la “buena vida” y la “vida buena”? Son frases parecidas pero con conceptos diametralmente opuestos.

El primero se refiere más a los placeres de esta vida, los cuales, no tienen en sí nada de malo, por el contrario, son muy buenos, siempre y cuando se utilicen de forma correcta. Sin embargo, lo malo está en darles un valor superior al que realmente tienen y pensar que pueden dar mucho más felicidad de la que realmente dan. Y es que en esta vida los placeres ni bien empiezan, ya están acabando, y cuando son malos o ilícitos dejan un sabor amargo muy difícil de borrar en la conciencia. Hay una tendencia por buscar la felicidad a granel en cosas que no pueden darla.

En contraposición con la buena vida, tenemos la frase, la vida buena, la cual se refiere más a lo que nos hará realmente felices, pero una felicidad que no se basa en carcajadas, puede que el rostro permanezca serio o aun sufriente, pero sabemos que hacemos lo correcto, y estamos felices de ello. La felicidad es el sentimiento mas íntimo de hacer en cada momento lo que se debe. Bien dicen que para encontrar la verdadera felicidad no hace falta una vida cómoda sino un corazón enamorado y es que el secreto para ser feliz no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.

A continuación un cuadro en el que podemos ver las principales diferencias entre ambos conceptos:

Felicidad (la vida buena)

Simple Bienestar (la buena vida)

Es permanente

Es pasajero

Es exigente

No es exigente

Arraiga en lo profundo

Es superficial

Le da sentido a la vida

Es solo un medio

Abierta, difusiva

Egocéntrico

Raíz y cumbre de valores y virtudes

Sin otro referente destruye a la persona

Muchos se sienten desgraciados, precisamente por tener demasiado de todo. Nosotros en cambio, si queremos ser realmente felices, podemos pasar incomodidades, calor, fatiga, frío, pero no nos faltará la alegría si hacemos lo que nos corresponda hacer a cada uno en su estado, un estudiante que realmente estudia a conciencia, un trabajador que hace las cosas a la perfección, un padre de familia que se preocupa por la formación, el bienestar y la salud de su familia, un deportista que se esfuerza por ser el mejor, etc. El esfuerzo es una de las actividades que más recompensan y generan felicidad. Ser el mejor no es consuelo cuando sabes que no has dado todo lo que llevas dentro.

Las personas mas felices no siempre tienen lo mejor de todo, sólo saben sacar lo mejor de lo que encuentran en su camino. Las otras, ponen más interés en hacer creer a las demás que son felices que en tratar de serlo. Muchas veces el afán de tener más nos crea una angustia, sin embargo, el exitoso no es el que más plata tiene, sino el que menos necesidades se crea.

Tiempos de Crisis

A diferencia de otros años, este año comienza con un bajón, con un nerviosismo atípico, de la crisis financiera mundial. Es el primer año en mucho tiempo en el que no decimos que el próximo será mejor. Sin embargo, es justamente en estos momentos en los que uno necesita una inyección de optimismo.

Albert Einstein, tiene una opinión extraordinaria de lo que significa la crisis: “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nacen los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar “superado”.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”

Conclusiones

En esta época hay muchas variables disfrazadas de éxito que luchan por capturar la atención de uno mismo, pero que en realidad no son más que pequeñas satisfacciones efímeras que lejos de darnos una tranquilidad de conciencia (requisito indispensable para ser y vivir felices) no hacen más que engañarnos y desviarnos del camino correcto.

Santiago Alvarez de Mon, aquel brillante pensador y profesor del IESE nos dice: “La misión principal de un buen directivo es responder y atender el anhelo del ser humano de mejorar su calidad de vida. Cuando caminas por el sendero de la vida, unas veces más contento y risueño, otras más cariacontencido y pesaroso, te vas dando cuenta de lo que pesa en la mochila. En ella hemos metido de todo, lo importante y lo anecdótico, lo esencial y lo estético, y nuestra sufrida espalda empieza a pagar factura por el sobrepeso. La solución es sencilla, desprenderse de todo aquello que dificulta y ralentiza la marcha y seguir, ahora sí, ligero de equipaje.” Es decir, priorizar, nuestro verdadero éxito, nuestra meta debe estar fijada en lo más importante para nosotros, que no es sinónimo de ganar más plata o tener más títulos, sino de ser mejores personas, y este título, aparentemente abstracto y subjetivo se puede concretar en metas objetivas como preocuparse por alcanzar ciertas virtudes puntuales que nos hagan falta, dedicarle más tiempo a nuestra esposa, padres, enamorada, hijos o lo que uno tenga, ser más productivo en el trabajo, profundizar nuestra vida espiritual, ser mejores amigos de nuestros amigos.

Ya lo dice uno de los psicólogos más grandes de nuestra época, Victor Frankl, un judío que vivió y sobrevivió a los campos de concentración nazi. “El interés principal del hombre no es encontrar el placer, o quitar el dolor, sino encontrarle un sentido a la vida” y eso es justamente lo que nos dará ese orden mental para priorizar lo que es realmente importante para nosotros y nos permitirá conseguir el éxito no sólo en el 2009 sino a lo largo de nuestra vida. ¿Lo intentamos?.

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