Enfoquémonos en maximizar el “Great Place to Live”.
Hoy en día está de moda el clima laboral y medirlo con Rankings como el Great Place to Work. Se me ocurrió crear el Great Place to Live, un ranking en el que nos enfoquemos en ello y también en “clima familiar”, y “clima personal”. Es decir, ¿Hago el mismo esfuerzo en mi trabajo que en mi familia para dedicarle tiempo, para mejorar mi carácter, mis valores familiares? ¿Qué hago para mejorar la vida de aquellos que viven conmigo?
Las empresas, tal como las familias, vienen a ser la sombra alargada de la personalidad de aquellos que las formamos. Konosuke Matsushita decía que la misión principal de un gerente es responder y satisfacer las ansias del ser humano de tener una vida más plena. Tener un confort material no garantiza la felicidad. Solo la salud espiritual trae la verdadera felicidad. Si esto es así, los negocios solo deben ocuparse del aspecto económico de la vida y dejar de lado lo relativo al espíritu en manos de la religión o la ética? Pienso que no. Los hombres de negocios deben ser capaces de crear una sociedad espiritualmente rica y económicamente próspera.”
La mayoría de profesionales creen que la prosperidad genera felicidad, es decir, que el éxito es la causa y la felicidad el efecto. Grave error. Según numerosas investigaciones, el éxito, en el mejor de los casos genera aumento de placer, pero pasajero. La fórmula correcta, entonces, es ubicar la felicidad como causa y el éxito como efecto. Y es que cuando somos felices, somos más creativos, motivados y eficientes. El éxito es el estado de paz y serenidad en la conciencia alcanzado como consecuencia de la satisfacción de saber que has hecho todo lo que eres capaz. Si das lo mejor, puedes haber perdido, pero no fracasado. Por ello, una primera tarea para este 2012 es enfocarnos en invertir más en la felicidad de nuestros compañeros de trabajo y nuestra familia. Tal ben Shahar, el profesor más exitoso de Harvard el 2010 y gurú de la Felicidad, dice que cada vez más gerentes se están dando cuenta de que la felicidad paga, es decir, que el preocuparse por su bienestar contribuye a su productividad y que eso beneficia a toda la organización, pero más importante aun, y eso lo digo yo, porque hace que las personas sean mejores, y si son mejores, trabajan y viven mejor. Y es que a la hora de viajar por la vida la felicidad tiene mucho que ver con hacerse las preguntas correctas y con las personas que te acompañan. Bien dicen que pregunta el que sabe y que acaba bien acompañado el que saber estar solo.
Este 2012, además, me enfocaré en que Laborum, la empresa en la que trabajo, sea el # 1 en mi Ranking imaginario del Great Place to Live. ¿Y cómo lo haremos? Poniendo cada uno las condiciones para que se de, fomentando un ambiente estimulante y motivador, un espacio físico en el cual estemos cómodos, un espacio afectivo en el que haya libertad para discrepar pero con el único objetivo de mejorar nuestras relaciones, no de herir, sino de crear un clima de confianza. Ya lo decía Cicerón “Qué cosa más grande que tener a alguien con quien te atrevas a hablar como contigo mismo”.
La actitud que adoptemos, las ganas que pongamos, la energía que contagiemos, el sueño que luchemos por alcanzar y la ilusión que mantengamos es lo que nos debe ocupar y preocupar este 2012.
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