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Todos trabajamos mal pero unos peor que otros


La verdad es que este título es muy cierto. Muchos en algún momento de nuestra carrera profesional nos hemos creído que somos lo mejor que hay en el mercado. Al margen de que sea verdad o no, tenemos mucho por corregir en nuestra forma de trabajo habitual.

Uno de mis autores preferidos en estos temas, como ya lo habrán podido notar, porque es un invitado constante en este blog es Santiago Alvarez de Mon, uno de los principales pensadores de España, profesor principal del IESE de Barcelona. A continuación, me he permitido transcribirles literalmente algunas de sus sugerencias sobre varios temas relacionados al trabajo que personalmente me han ayudado a meditar y mejorar bastante.

Orden de prioridades

“Si dirigir es decidir, y decidir conlleva priorizar, yo he de ser capaz de procesar, ordenar y clasificar la enorme cantidad de información que tengo a mi disposición. ¿Cuántos correos electrónicos recibo a diario? De todos ellos, ¿Cuántos son relevantes? ¿Cuántos contesto? ¿Qué es lo primero que hago al llegar a mi trabajo? Encender la pc, ¿por qué?  Cuando viajo, ¿necesito conectarme o puedo vivir sin la drogodependencia de enchufarme a la red? ¿Por qué he de estar en tantos sitios a la vez? ¿Tal vez porque no estoy en ninguno? El gran invento del celular ¿me facilita trabajar mejor y vivir más inteligentemente, o soy esclavo de él? La sociedad invade mi intimidad, destroza mi soledad y me roba la agenda. Lo puedo vestir como sea, pero a veces una maravillosa herramienta se transforma en tirano adicto.

Gestión de lo imperfecto

La excelencia tiene más que ver con la gestión del error que con la ausencia del mismo. Me he gastado minutos irrecuperables de mi vida buscando la perfección, para darme de bruces con la imperfección. He dilapidado días grises, relaciones enconadas, amistades marchitas, en la pesquisa torturante de ese completo acabamiento. Jugando a ser el directivo perfecto, el padre perfecto, he hecho la vida imposible a mucha gente.

Humildad y humor

Me falta aprovisionarme  de esos dos ingredientes, humildad y humor, siempre escasos en mi despensa. Por el contrario, he de tirar por la borda la soberbia e intransigencia edulcoradas que hacen que frecuentemente esté a la greña conmigo mismo. Poco a poco, antes que tirarlas precipitadamente, aprende a vivir con ellas, a lo mejor se van de motu propio, cansadas de no encontrar eco en tu diálogo interior.

Trabajo en equipo

Hay reuniones poco fructíferas, mal preparadas y peor gestionadas. Hoy en día, sólo no se llega a ninguna parte. En lo que no creo es hacer del equipo un foro formal en donde se diluye la responsabilidad individual. Muchos profesionales lo utilizan como un manto para protegerse de las exigencias personales del trabajo moderno, donde se satisfacen caprichos y vanidades de personas inseguras e inmaduras.

Comunicación

Comunicar es mucho más que transferir, que va de compartir, poner en común. Para ello, he de manejar con sobriedad y claridad la palabra, preguntar abiertamente, escuchar atentamente, brindarle una oportunidad generosa a la empatía, celebrar el silencio, etc. Solamente así se tejen redes de colaboración, respeto y afecto, y se forman y consolidan equipos que combinan rigor y ternura, exigencia y amabilidad. Podría hablarte de la sabiduría del cuerpo, de la verdad de la comunicación no verbal, de cómo nuestros rictus, gestos, posturas, miradas y timbres de voz nos desmienten y ponen en evidencia.

Feedback

Cuando tengo que evaluar a un subordinado, mi parte cartesiana se enfrenta a la entrevista como una “conversación” en la que tengo que convencerle de mis conclusiones.  ¿Por qué no la preparo a conciencia y luego la suelto, viéndola como una ocasión magnifica para preguntar, escuchar y conocer a un colaborador habitual en la superficie, desconocido en lo hondo? Si entro en su mundo con tacto, honradez y seriedad, puede que me sorprenda. Esa conferencia que tengo que dar a quinientas personas ¿Por qué después de tener a mi equipo preparándola exhaustivamente, no me dedico a resumirla en cuatro o cinco mensajes centrales, ideas fuerza, sin el acompañamiento del Power Point, mirando a la gente a la cara, manejando y disfrutando del lenguaje corporal?

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